Peter and the Test Tube Babies – Soberphobia

Primer disco comentado en la sección de «tesoros vinilicos» y espero que con vuestras lecturas y apoyo sean muchos más. Empezemos entonces …

Peter and the Test Tube Babies es un grupo salido de la escena punk inglesa, concretamente de la ciudad de Peacehaven, cerca de Brighton en el ya lejano 1978. Siempre se les ha considerado una banda auténtica dentro del genero y donde los movimientos punk y street punk han convivido de la mano sin ningún problema. Su gran éxito vino con su segundo disco «The Mating Sounds Of South American Frogs», el cual es un manual de como hacer himnos cantados a pulmón abierto con cerveza en mano. Aún así tardaron 3 años para volver a hacer un disco en estudio con nuevas canciones bautizado como «Soberphobia». No contaremos «The Loud Blaring Punk Album» ya que fue construido con demos olvidadas en su día y temas de bandas paralelas que Peter y Del tenían.

Leyendo sobre la realización del disco, parece ser que fue bastante complicado y no lleno de problemas entre los miembros, pero aún así los temas que componen este artefacto son pequeñas joyas de punk oscuro donde no dejan de flirtear con melodias pop y demás caramelos. Para muchos fans en el momento de su publicación fue una decepción y aunque los temas en directo funcionaron perfectamente la producción del disco (lease como bateria soltando latigazos en los golpes de caja y guitarras nada agresivas) no fue de agrado de la parroquia.

Hoy en día os puedo asegurar que este disco está más que consensuada su calidad y aunque se volvió a remasterizar en formato CD, el sonido original en vinilo haciendo trabajar a la aguja a mí personalmente me encanta.

Los tres primeros temas del disco «Key To The City», «Louise Wouldn’t Like It» y «Spirit Of Keith Moon» son de esos que para gestarlos tienes que estar en un momento de gracia, donde nada falta y nada sobra. Perfectos. A partir de aquí tenemos saxos, pianos y hasta temas a medio tiempo como el que cierra la cara A «All About Love» o el melancólico «Ghost in my Bedsit». Después disparo a toda velocidad en «Boonanza» y para cerrar el disco otra joya de nombre «Every Second Counts» que más de uno vendería a su madre por haber creado la melodía de guitarra. Una maravilla.