Yo la tengo 1

Yo La Tengo – Fakebook

Creo que a estas alturas poca presentación se merece la banda Yo La Tengo. Después de ya casi 40 años de carrera (la banda fue formada en el año 1984 por Ira Kaplan y Georgia Hubley en Haboken), quien más o quien menos esté involucrado en la escena alternativa, ha oído hablar de ella alguna vez, ya sea por grupos que la citan como influencia, ya sea por la importancia dentro del género a la hora de marcar un camino y servir de faro a otras bandas. La discografía de la banda ha pasado por múltiples estados, tanto de creatividad, como de travesía por el desierto, tanto de atención por parte de la prensa, como de pasotismo por parte del fan. En todo caso, nadie puede discutir, que su carrera es de esas ejemplares en todos los sentidos, tanto de intenciones de como llevarla a cabo, como en el compromiso a no ser adulterada por ningún factor externo, incluso en el periodo que tuvieron un relativo éxito alternativo y la banda molaba y todos querían tenerla en sus festis y salas.

Fakebook, es principalmente un álbum de versiones, en concreto 11, más 5 canciones originales, todas ellas ordenadas de una manera tan acertada, que hace que este disco fluya musicalmente como pocos. Ahora iremos a hablar de los temas, pero me gustaría incidir en este aspecto del orden final de las canciones dentro de un álbum, muchas veces, por no decir casi siempre, sin atención por parte del oyente, hasta incluso del propio artista. Siempre pensamos en los discos, como trabajos surgidos a partir de una suma de canciones, las cuales de manera individual tendrían que funcionar, pero en este caso, creo que el conjunto hace que la experiencia de la escucha sea superior que si la afrontamos de manera individual. Fakebook, se tiene que escuchar de principio a fin, para entender y disfrutar plenamente de la experiencia, sin olvidarse que hablamos, de un disco de versiones, las cuales y creo que, en unas cuantas ocasiones, han conseguido superar a la original.

El disco empieza con la canción «Can’t Forget», escrita por Ira Kaplan (guitarrista) y es unas de esas cartas de presentación, que sabes que el resultado final a la hora de levantarse la aguja del tocadiscos será una genialidad. Ahora mismo me estoy acordando de, por ejemplo, el «Return of the Rat» de The Wipers en «Is This Real?», o el «I Will Dare» de The Replacements en el disco «Let It Be», ejemplos de comienzos de disco que dan como resultado obras maestras donde las haya. La sucesión de canciones es de traca, versiones de Cat Stevens («Here Comes my Baby», saltarina y pegajosa), Flamin’ Groovies («You Tore Me Down», preciosa y cargada de emotividad), Daniel Johnston («Speeding Motorcycle», maravillosa golosina que roza la perfección minimalista), Rex Perkins («Emulsified», quien no baile esto, es que está muerto) y bueno unas cuantas más, destacando «Andalucia» de John Cale, «Did I Tell You» (otra gema de Ira) y el final perfecto con «What Can I Say» de Joey Spampinato.

Llegando a este punto de la reseña, no sé muy bien como trasladar mis emociones cuando escucho este disco y explicarlas de la manera más clarificadora, pero es que a lo mejor es que no hay manera correcta para explicarlo… pues los sentimientos y emociones son propios de cada uno. En todo caso, si me quieren hacer caso, pónganse este disco como terapia curativa de manera pautada durante toda su vida. No sé si vivirán más por ello, pero les aseguro que su espíritu se lo agradecerá de por vida. Obra maestra donde las haya.

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